La COVID-19 impacta en la asistencia sanitaria ordinaria

La COVID-19 está manifestando sus efectos no sólo sobre la salud de la población más vulnerable, sino también que también está incidiendo sobre la asistencia sanitaria ordinaria: cancelaciones de quirófanos y errores de diagnóstico de fatales consecuencias.

El pasado mes de noviembre conocíamos del fallecimiento de un menor de 8 años como consecuencia de una peritonitis no diagnosticada en un Hospital del Levante español. Según informan los medios de comunicación, el menor fue llevado a Urgencias hasta en cinco ocasiones sin que los profesionales sanitarios atinasen con el diagnóstico, lo que abocó al fallecimiento del menor tras días de intenso sufrimiento.

Lo que resulta todavía más chocante, según el relato de los medios, es que no se efectuase ninguna prueba de imagen para determinar la presencia de un cuadro de “abdomen agudo”. Esta situación, ciertamente chocante e inaceptable no hace sino confirmar las sospechas que, desde el equipo de ESM venimos adelantando desde este verano: la COVID-19 está generando una sobrecarga asistencial que repercute sobre la atención sanitaria de lo que podemos considerar “patología ordinaria”, o patología común.

En este mismo sentido, los medios se han hecho eco de la suspensión masiva de quirófanos desde marzo de este año. Toda intervención quirúrgica considerada “no urgente” ha sido suspendida y aplazada sine die. La segunda ola de la COVID-19, frente a la que aún se bate nuestro sistema sanitario ha vuelto a aplazar muchas de las cirugías suspendidas, además de parte de las consultas rutinarias.

Así, ya en junio de este año el Ministerio de Sanidad hacía pública la información disponible sobre las listas de espera en España. A la cabeza se encuentran los retrasos en las listas de espera de Traumatología y Cirugía Ortopédica, seguida de cerca por Cirugía General y del Aparato Digestivo. Y es que más de un 33% de los pacientes en lista de espera llevan más de seis meses esperando a pasar por quirófano.

El tiempo medio de espera para someterse a cirugía es de 170 días, frente a los 121 días del año 2019.

Las Comunidades Autónomas que lideran los retrasos en la lista de espera son Cataluña y Andalucía, que doblan a la tercera en el ranking, la Comunidad de Madrid.

En cuanto a las consultas externas, el tiempo medio de espera es de 115 días frente a los 88 días de 2019 y, nuevamente, Traumatología y Cirugía Ortopédica se encuentra a la cabeza, con 146 días de espera de promedio. El porcentaje de pacientes en espera para consultas externas a más de sesenta días es del 52,7%.

Los datos del propio Ministerio no mienten: la COVID-19 está teniendo un impacto negativo sobre la asistencia sanitaria ordinaria. Los datos epidemiológicos no mejoran y todo esto nos hace temer que, en lo más crudo del invierno, la situación puede ser todavía peor, de no llegar la vacuna.

El caso del menor fallecido en el Levante español por la evolución tórpida de una patología banal no diagnosticada no es el único en España; la sobrecarga asistencial y la consigna (mal entendida) de reducir al máximo el contacto de los pacientes con el ámbito hospitalario reduce de manera drástica la calidad asistencial y, en casos extremos, pone en riesgo la salud de los ciudadanos.

La patología banal, diagnosticada y tratada a tiempo no tiene mayores consecuencias, no obstante, la demora injustificada en alcanzar un diagnóstico de certeza y en aplicar el tratamiento necesario puede tener consecuencias fatales, convirtiendo lo que pudiera ser una apendicitis en una peritonitis.

Desde ESM queremos ayudarte en caso de que hayas sufrido algún tipo de dejadez en el ámbito sanitario tú o los tuyos. El hecho de que estemos viviendo una pandemia no es excusa para que se pongan a disposición de los pacientes los medios necesarios para el adecuado diagnóstico y tratamiento de su patología. No lo dudes. Contacta con nosotros.