Navidad y presión asistencial, origen del daño sanitario

Durante el periodo navideño la concentración de vacaciones de los profesionales sanitarios y la coincidencia de festivos tiene una repercusión negativa sobre la calidad de la asistencia sanitaria. En este año, marcado por la pandemia, es previsible que la incidencia sobre la asistencia sanitaria sea especialmente negativa.

Los profesionales sanitarios, como no podía ser de otra forma, también quieren disfrutar del merecido descanso navideño. No obstante, la combinación de los legítimos deseos de los profesionales y la infradotación en medios humanos de los servicios de salud en España tiene un impacto muy negativo en la calidad asistencial percibida por las familias y por los pacientes que permanecen, durante este tiempo, ingresados.

Y es que en el periodo navideño que estamos a punto de comenzar no sólo coincide con la necesidad de descanso de los profesionales sino, también, con varios festivos concatenados que, por las particularidades de estas fiestas tan típicamente familiares, conducen al sistema sanitario a un periodo de “excepción” desde casi mediados de diciembre hasta bien entrado el año.

Curiosamente, es durante el periodo de vacaciones navideñas durante el que, junto con el periodo estival, las familias tienen más tiempo para demandar asistencia de los profesionales sanitarios. Este ligero incremento en la demanda conjuga mal con la situación de no disponibilidad de partes importantes de las plantillas en hospitales y centros de salud.

Pero, sin duda, el mayor impacto se produce en la asistencia hospitalaria, sobre aquellos pacientes que permanecen hospitalizados durante estas fechas. Los días 24, 25 y 31 de diciembre, así como el 1 de enero y, en menor medida, el 5 y 6 de enero, son fechas marcadas en rojo en los calendarios de los Jefes de Servicio de toda España; en estos días, la plantilla de profesionales sanitarios disponibles se reduce en, al menos, un tercio; tanto enfermeros/as como los facultativos/as adscritos a los distintos servicios suelen organizarse de manera que, al menos, un tercio de la plantilla se encuentra “descansando” en cada uno de los hitos navideños, a saber: Navidad, Año Nuevo y Reyes.

No obstante, en algunos casos, la situación de “no disponibilidad” de la plantilla supera, con creces, el tercio mínimo que deben mantener los distintos servicios “en barbecho”. Por ello, tradicionalmente, se produce un incremento de la insatisfacción por parte de los usuarios/as de los servicios de salud; al haber menos personal y mantenerse invariable la presión asistencial (la proporción de pacientes que reciben el “alta” o que reciben un “permiso” para pasar las fiestas en familia no logra revertir la presión asistencial), no sólo la calidad percibida se reduce, sino que, además, se ha detectado una mayor incidencia de eventos relacionados con mala praxis médica.

Así, la reducción de la plantilla implica una menor disponibilidad de recursos para los pacientes lo que, en las circunstancias actuales, con la incidencia de la COVID-19 subiendo en casi todas las regiones, hace temer que algunos servicios de Urgencias puedan vivir situaciones límite.

Desde el equipo jurídico de ESM consideramos que, durante el periodo navideño es preciso garantizar la calidad de la prestación asistencial. No sólo deben garantizarse los tiempos en que se va a prestar la asistencia sanitaria, sino que, además, deben garantizarse tanto los tiempos máximos de las listas de espera, como la realización de las pruebas complementarias que pudieran resultar necesarias para alcanzar un diagnóstico correcto y adecuado.

Como especialistas en negligencias médicas, desde ESM podemos ayudarte si crees que has sido víctima de la infradotación de medios y de personal del sistema sanitario. Estudiamos tu caso y te asesoramos, gratuitamente, sobre la viabilidad jurídica y las posibilidades de reclamación. Contacta con nosotros.